No existe modo alguno de retener a otra persona ni de poder usar la relación como una forma de escapar de la soledad. Nuestra pareja es sólo un préstamo temporal que nos concede el universo, un préstamo que ignoramos cuándo se nos reclamará. En el fondo de la devoción a otra persona anida la dulce y melancólica plenitud de un corazón que sólo anhela desbordarse.
2 comentarios:
Un préstamo que muchas veces viene con intereses que nunca terminamos por pagar... Linda reflexión, Menta :)
Mi querido Fabián, no tenia ni idea de que esto andaba por aquí... y lo descubrí de puro copuchenta esta mañana jajajaj...
Y reconozco que amo Dicom! mis intereses siempre vienen acompañados de una sonrisa (afortunadamente)
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