Es tan simple ser un zángano de la sociedad, ser una vil sanguijuela, que se arrima al árbol que da más sombra o que va donde sopla el viento.
Fácil, muy fácil es no quedar mal con nadie, es vivir tranquilamente sin tener discusión alguna, y aunque a veces te contradigas, asientes y dices “si, te encuentro toda la razón”, todos contentos y felices comiendo perdices.
Si es que piensas un poco más, no te vas a conformar con lo fácil, no te quedarás callado cuando tengas ganas de gritar y no asentirás cuando en realidad por dentro te den ganas de golpear con tus palabras.
Uno se topa a cada momento con personas así, quizás está al lado tuyo y no te has dado cuenta, acompañándote sólo porque tú le entregas algo que necesita y que nadie más se lo puede dar.
Así que niños, cuando esté de noche y se acuesten en su cama, piensen en quienes los rodean y si realmente están con ustedes por lo que les entregan, si son simplemente unos chupacerebros o interesados materialistas.
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