El fracaso de la duda.
Nicolás Muñoz.
Seguimos el ritmo criminal de lo cotidiano, desvaneciendo con la mano húmeda la tinta china de la palabra nombrada al azar. Cuando se pierde el deseo la fantasía es una copa rota en la ventana del abismo y lloramos, ni la cicatriz de la luna es capaz de alumbrar nuestros cuerpos. Podríamos ser un par de libros sobre el velador a medio leer, una fotografía que se distingue entre las páginas arrugadas, una nota al pié, el sortilegio de lo no nombrado, de lo no escrito; la pluma insatisfecha.
Podríamos ser, el futuro que no cesa de llamar a la imaginación, y así, se podría reiterar la angustia romántica de lo deseado, de la prohibición electa a conciencia del dolor y la experiencia, la falta de pertenencia del deseo insatisfecho, la angustia de la palabra que no crea la realidad.
Podríamos decir que el tiempo presente es una nube vaciada que aun mantiene su contorno. Se divisa la profundidad con el pretexto de la imaginación. Se completa la figura de lo invisible al tacto rellenando el contexto con la invención, como con la memoria y con los sueños, se completa lo indeterminado de los sentidos con el imaginario del deseo.
La pasión es capaz de confundir a cualquiera.
Vivir en la variación de los sentimientos que no caducan, que se acrecientan como lava volcánica.
Vivir en el agujero negro como un vinilo que se traga las estrellas. Vivir en shock, en un breve espacio de plenitud en la zona donde el tiempo no deja escapar la luz.
Dormir en shock, soñar la frustración de la realidad imposible.
Despertar en shock, tomar el teléfono para saldar algunas cuentas.
¿Por qué no valerse del atrevimiento, marcar, como si los números fuesen piezas de ajedrez, y susurrar palabras robadas en un cajón?
" Mi boca tendrá ardores de averno,
mi boca será para ti un infierno de dulzura,
los ángeles de mi boca reinarán en tu corazón,
mi boca será crucificada
y tu boca será el madero horizontal de la cruz,
pero qué boca será el madero vertical de esta cruz.
Oh boca vertical de mi amor,
los soldados de mi boca tomarán al asalto tus entrañas,
los sacerdotes de mi boca incensarán tu belleza en su templo,
tu cuerpo se agitará como una región durante un terremoto,
tus ojos entonces se cargarán
de todo el amor que se ha reunido
en las miradas de toda la humanidad desde que existe”.
G. Apollinaire.
Se alberga el silencio y del pasado la palabra no nombrada, la verdad incandescente que no toma reparo, la mayoría de las veces, esa boca que no dice, es como una señorita que se abanica enrojecida y apretada por un corsé que la va ahogando.
Soy bucólico en mi silencio, pederasta en las conjeturas desmesuradas de la realidad: aun así…. me voy acercando, rodeo el círculo indefinido de la distancia como un dedo a una boca.
Me he ido robando con el tiempo los objetos invisibles que nos dieron nacimiento; los gestos infantes y por tal desmedidos. Me arropo en ellos por la efervescencia de lo no prescrito, hoy la medida de lo posible es una muralla que biseca los campos que en la juventud era un solo terreno, un ancho terreno donde pasear con los pies desnudos sin temor a las espinas.
Se ha aprendido la lección. El adiestramiento de los impulsos convoca a la cordura precedida por la experiencia. La experiencia es significativa para la creación de la realidad deseada sin contratiempos, pero la pasión, es el interés desmedido. La intensidad no podrá ser reemplazada por la jerarquía de la evitación.
De la lección, tomamos una elección…
¿Pero qué es lo que pasa, cuando la elección no es tal, cuando un sentimiento indeterminado se toma de las vísceras el campo de la visión relativa de la realidad?
Es parecido a enloquecer. ¿Acaso los poetas, los músico, los artistas, no lo han nombrado de esa forma?
Las canciones de la radio confirman que el estado, aun en sus niveles más sencillos, es semejante a esa significación.
La pasión, es el interés desmedido, vive en shock, y se acrecienta como lava volcánica.
Podríamos ser, y ahora quitamos la unidad marginal. Podría ser, un cuaderno donde voy poblando mis anatemas. Un deseo frustrado de comunicación. Algo que se va derritiendo; el musgo que crece alrededor de la flor y la flor se alimenta.
Podría ser, el responsable de la marchitación de la flor que aun no cumple su ciclo.
Podría ser, en tanto soy, si mi existencia aun dependiera de mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario