jueves, 19 de noviembre de 2009

Respuestas


El reencuentro con nuestra soledad es la hora decisiva. No necesitamos tener confirmaciones: somos eso y ya. Se acabó. No hay manera de que alguien ajeno nos haga cambiar de opinión, aunque lo que veamos sea lo que nunca planeamos o que incluso nos encontremos con eso contra lo que luchamos toda nuestra vida. Y no, no hay forma de volver atrás, lo siento; aunque rabiemos, pataliemos y nos sumerjamos en lo que no fuimos, intentando recuperar el tiempo perdido... no, ya los pasajes se vendieron, señor, usted es lo que es, lamentablemente. Tuvo 90 años de su vida para corregirlo, y? pues sólo se ha dedicado a rezar a ése que usted llama "Dios". Sí, por supuesto, lo que usted diga. Y ahora, dónde está, eh? Muy bien! adivinó: esas dudas sobre si sus oraciones realmente eran escuchadas hoy son resueltas!! Eureka, Dios no existe! Qué lamentable, no es así? ¿Cuántas horas de sus noches las dedicó a "Él" (aunque ya no sea necesaria la mayúscula)? Já, sólo malgastar ese precioso tiempo que pudo haber ocupado en... uff! Cuántas cosas que hacer por las noches, y usted creyendo hablar con ese señor que lo libró de los pecados... ¿¡Pecados!? Sí... nuevamente en lo correcto, caballero! los pecados tampoco existieron nunca, jajajaja, cuántos días, noches, personas (sí, sí... pudo haber sido ella, y sin culpas!)...por dioX!
Bueno, pero aquí se acaba.
Ya sabe lo que hay después de la muerte, no? Pues, eso tampoco le sirve de nada.
Debió disfrutar, señor, porque adivine lo que pasa si alguno de los que llega a este lugar no ha gozado la vida como es debido. No, ahora está equivocado... ya le dije, no hay modo de rescatar lo perdido. Le invito a seguir este caminito - lindo, no? -pues, no creo que sea muy bonito lo que le espera al final... Au revoir!!

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