Ahora mismo me preparo para salir, es verdad que me he vuelto un misántropo de primera línea, pero eso lo puedo arreglar. El recuerdo de Soledad solo vuelve en las noches para atormentarme, aunque a ratos me da por tratar de recordar el por qué de nuestra mandada a la cresta. Es difuso en realidad, y eso no quiere decir que no lo recuerde, lo recuerdo tanto que me quema la piel cuando lo pienso, si no que estaba tan ebrio la última noche que nos besamos, que recuerdo más el ahogo del vomito/llanto que el roce de sus labios. Joder, me pondré una mejor cara para esta noche.
Pido una botella de vino y me siento junto al Pablo, uno de los pocos compañeros de carrera con los que aún hablo, es un chico alto, delgado y de facciones más bien toscas, tiene la misma costumbre de escribir, aunque su mayor defecto bajo mi juicio, es su maldita manía de intentar ser un hijo de Bowie, y todo lo que ello signifique. Algunos los llaman Hipsters ....
2 comentarios:
ya había leído esta hueá, y me carga que el Vanni escriba sobre él en tercera persona.
Maldito hipster.
JAajJAá
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