UN HUESO PARA MUCHOS PERROS

Como ser carnada sin ser Luciana Salazar:

UN HUESO PARA MUCHOS PERROS

Me siento calmo en el pupitre de nunca y decido como a veces escribir como siempre… Jueves afila el calendario y Maca Trujillo se ve distinta hoy, se me acerca rápida y disfuncional como una canción de “Aparato Raro”. Me propone una idea y la tilda luego de “rupturista”, a ella le gustan los proyectos quiebre y a mí siempre me picara la duda de porque yo tenía que ser su gato de schrodinger para la estupidez de hoy: Ponerme a vender chapitas, llaveros y poleras de Pinochet, y colocar una radio con el jingle del plebiscito grabada una y otra vez en la entrada de la UPLA era tal vez la cosa más estupida que me han propuesto en mi vida… por eso mismo no podía perderme la chance de llevarla acabo. Para el lector invisible de El patológico sonará de lo más graciosa la idea, y es que es hilarante lo que el chip ideológico de la institución puede llegar a causar; para mí hasta la parte de las puteadas era como estar en casa… pero hasta la crema de lechuga se distorsiona y lo que vino después fue un espectáculo único a presenciar: yo se que no era contra mí sino contra lo que representaba… no busqué burlarme del dolor que causo el tata… busqué llevar a la s”o/u”ciedad al limite y me convertí en una piñata con patas que libero las tensiones de los cabros rebeldes de “Don Pato”. El limite que preferí me llevo a escribirles desde la cama del Gustavo Fricke… que por cierto… atiende como la callampa al pueblo… pero supongo que ese es otro cuento… supongo que ese es otro hueso… para otro perro.